La “astucia criolla” es un fenómeno arraigado en muchas culturas latinoamericanas. Esta actitud a menudo premia la habilidad para encontrar atajos y sacar ventaja de las situaciones en beneficio propio. Sin embargo, detrás de esta astucia se esconde un dilema que vale la pena explorar más a fondo.

La astucia criolla se manifiesta en diversas formas en nuestra vida cotidiana. Puede verse en la evasión de normas de tránsito, en la búsqueda de beneficios personales en detrimento de otros o incluso en la resistencia a pagar por servicios recibidos. A primera vista, estas acciones pueden parecer ventajosas, pero a menudo tienen consecuencias a largo plazo que socavan la confianza y la convivencia.

Una de las características clave de la astucia criolla es su enfoque en la ganancia inmediata y personal. Este enfoque puede proporcionar resultados rápidos, pero también conlleva el riesgo de erosionar la confianza y dañar relaciones a largo plazo. Es como intentar construir un edificio sólido sobre cimientos endebles; en algún momento, la estructura colapsará.

A menudo, las personas más admiradas y exitosas en nuestras sociedades son aquellas que actúan con consideración y generosidad hacia los demás. Su éxito no se basa en la astucia criolla, sino en la construcción de relaciones sólidas y en el deseo genuino de contribuir al bienestar de la comunidad.

Podemos optar por cambiar nuestra perspectiva y dejar de buscar atajos y ventajas inmediatas. En su lugar, podemos enfocarnos en construir un éxito sostenible basado en la honestidad, la consideración y la empatía. Este enfoque no solo beneficia a nivel personal, sino que también contribuye al fortalecimiento de nuestra sociedad.

La astucia criolla, aunque tentadora en el corto plazo, a menudo conduce a dilemas y problemas a largo plazo. En lugar de optar por la ganancia rápida, podemos elegir un camino que nos lleve a un éxito más auténtico y duradero, donde la confianza, la consideración y la generosidad sean los pilares de nuestras acciones y relaciones.