¡Hola a todos! ¡Franco los saluda!

Me enteré de que despidieron a Arturo, el portero del edificio donde tengo mi oficina.

Esta noticia me llevó a reflexionar sobre cómo el mundo está cambiando para valorar más la amabilidad en todas las interacciones.

Los porteros de este edificio han sido siempre amables y serviciales, pero lamentablemente, Arturo era la excepción.

Su actitud era grosera y muchas veces parecía no estar interesado en ayudar a los visitantes.

Aunque su despido no me llena de alegría, sí espero que esta experiencia le ayude a crecer.

Desde siempre, el consumidor exigente sabe que la verdadera marca del lujo es recibir un trato excepcional, independientemente de la opulencia de las instalaciones o los precios elevados.

Por años, brands de lujo como Ritz Carlton han basado su marca en brindar un excelente servicio.

Hoy en día, todos esperamos ser tratados con amabilidad, independientemente de nuestra posición social.

El buen vivir no se trata de tener cosas lujosas, sino de nutrirse de las energías positivas que provienen de las interacciones humanas amables.

Todos merecemos ser tratados con respeto y cortesía, y cada pequeño acto de amabilidad puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien más.

En el caso de Arturo, espero sinceramente que esta experiencia le sirva como una oportunidad de crecimiento personal.

El mundo está cambiando y evolucionando hacia una sociedad donde la amabilidad y el buen trato son valores fundamentales.

A ustedes los motivó a que se unan a este “trend” de vida.

No importa qué tan lujoso sea un lugar o qué bienes materiales tengamos, lo que realmente nos enriquece y nos hace vivir bien son las conexiones humanas positivas.